¿Un estudio con tres millones de mujeres no encuentra relación entre vacunas de la covid y cambios menstruales?
Mala ciencia, mala prensa y titulares científicos
Publica El País una noticia con un titular que dice:
“Un estudio con tres millones de mujeres no encuentra relación entre las vacunas de la covid y cambios menstruales”
Tres millones de mujeres son muchas mujeres. Eso debe significar que si con tanta gente no han encontrado relación entre la vacuna y alteraciones en la regla, será que no hay. ¿No? Pues no. Este artículo podría salir en Malaprensa porque el estudio no mide lo que dice el titular.
¿Por qué no? Pues porque el estudio en el que se basa este artículo no mide la relación entre la vacuna de la covid y cambios menstruales, lo que está midiendo es la relación entre la vacuna de la covid y haber acudido al médico por alteraciones menstruales.
Los autores cruzaron los historiales clínicos, los registros de vacunación y datos demográficos de las mujeres de Suecia entre 2020 y 2022 y evaluaron cuántas habían contactado con los servicios sanitarios, ingresos o visitas, por motivos relacionados con cambios en la regla después de haber sido vacunadas.
Por lo tanto, todas las mujeres que tuvieron alteraciones menstruales sin haber ido al médico y sin que quedara registro de esta alteración no cuentan. ¿Si no has ido al médico a consultar o comunicar una alteración en el sangrado eso significa que no has tenido alteraciones menstruales? Por supuesto que no.
Si lo que estás midiendo son las visitas médicas, no puedes afirmar que no hay relación con problemas menstruales. El titular correcto debería ser “Un estudio con tres millones de mujeres no encuentra relación entre las vacunas de la covid y acudir al médico por cambios menstruales”.
O bien quieres buscar si las mujeres han tenido alteraciones menstruales o bien quieres buscar si las mujeres han tenido alteraciones que conlleven una visita médica. Pero no puedes buscar lo segundo y decir que has encontrado lo primero.
Es evidente que si lo que querían medir es el impacto en los servicios sanitarios de uno de los posibles efectos secundarios de las vacunas, este estudio es perfecto para ello. Pero no lo es para medir LA EXISTENCIA de alteraciones menstruales. Esta existencia es independiente de las consultas médicas generadas.
¡Pero es que es más fácil mirar las historias médicas que preguntar a tres millones de mujeres!
Claro, y también es más fácil buscar las llaves debajo de la farola porque hay luz, pero si las has perdido en otro sitio no las vas a encontrar debajo de la farola por mucha luz que haya.
Los datos de historias clínicas y los registros de vacunación son útiles para mirar si las alteraciones menstruales han sido lo suficientemente graves como para generar una carga al sistema sanitario, pero no se puede extrapolar nada más.
Tenemos mucha evidencia de problemas de sangrado irregular, cambios en el ciclo, incluso sangrados en mujeres que ya habían entrado en la menopausia (estudio, estudio, estudio, estudio, estudio, estudio, estudio). Utilizar un estudio que no mide la existencia de estos problemas para descartar la existencia de estos problemas es ignorar los reportes de millones de mujeres en todo el mundo y es mala ciencia.
¡Pero es que están evaluando la severidad de las alteraciones menstruales!
No, eso es lo que han encontrado, pero aunque en el abstract correctamente dicen que lo que midieron son las visitas médicas, los propios autores dicen a lo largo del estudio que”se evaluaron los riesgos de alteraciones menstruales y hemorragias tras la vacunación contra el SRAS-CoV-2 en mujeres que se encontraban antes o después de la menopausia. Los datos de alta calidad procedentes de registros nacionales nos permitieron evaluar el riesgo según el producto vacunal y el número de dosis de vacunación.”
¿Evaluaron los riesgos? No. Evaluaron la asistencia a servicios sanitarios.
Follow the money
Bastantes de los autores tienen conflictos de intereses directos, desde haber trabajado 19 años para AstraZeneca, a honorarios por consultoría, acciones, investigaciones…
Pero es que además el estudio fue en parte financiado por la Fundación Knut y Alice Wallenberg, la fundación de la familia Wallenberg, de la cual Astra Zeneca es una de sus mayores inversiones.
Los autores dicen en el estudio que “Los financiadores no tuvieron ningún papel en el diseño del estudio, en la recopilación, el análisis y la interpretación de los datos, en la redacción del informe, y en la decisión de someter el artículo para su publicación.” y que “Los investigadores son independientes de los financiadores”. Suponiendo que eso sea cierto y no un brindis al sol, los financiadores no tienen que hacer nada para influir directamente. Y no se trata de mentir con papers. No es que con este artículo estén mintiendo, los datos estén mal o el análisis sea incorrecto, no.
No hace falta mentir.
Solo tienes que diseñar una investigación de manera que minimice al máximo el outcome que se supone que quieres encontrar. Si quieres saber la existencia de alteraciones menstruales y usas como proxy el dato de visitas médicas, vas a encontrar una prevalencia muy baja de este efecto secundario.
Luego enlistas a una decena de investigadores con un gran currículum, usas una base de datos “de alta calidad” recalcando los tres millones de pacientes analizados y et voilà, ya tienes un estudio de gran prestigio y que CON DATOS demuestra que no se encuentra vínculo.
Y ya tienes los titulares.
Para variar, nuestros problemas menstruales importan una mierda al mundo. Y estamos acostumbradas a que nos digan "es normal que te duela" "es normal que venga irregular". Creo que tenemos ya muy asimilado que todo lo que tiene que ver con nuestra menstruación, hasta que sea de color azul, es normal, así que dudo mucho que alguna acuda al médico porque le haya vuelto la regla tras 2 años de menopausia. Y en el tema de intereses, pues como los estudios sobre los beneficios del vino o la cerveza, cuando miras quién los ha patrocinado, nada te sorprende.