He intentado mantenerme apartada de lo que considero una polémica superficial pero quiero apuntar un par de cosas que creo que no se están teniendo en cuenta. La primera es sobre si a las mujeres se les cancela más que a los hombres, y la segunda sobre la utilidad de pedir perdón.
Primero, algo de contexto
La polémica más o menos se resume en: En el podcast “Estirando al chicle” llevaron a una invitada que había hecho chistes sobre el colectivo trans en otros medios. El podcast recibió críticas por haberla invitado, insultos, amenazas, demandas de disculpas, etc. Desde el programa hicieron un comunicado asegurando su compromiso con el movimiento LGBTIQ+ y ayer una de sus presentadoras hizo públicas unas disculpas.
Las críticas a estas disculpas más o menos se resumen en:
Sobre el tema: no han especificado bien por qué dan disculpas, no entienden qué han hecho mal
Sobre las formas: las disculpas no son sinceras, las palabras son vacías
Sobre la intención: solo quieren dar pena, lo hacen solo por contentar al colectivo trans
Sobre el propósito de enmienda: no especifican cómo van a hacer para reparar el daño realizado.
Si os fijáis han habido dos tandas de críticas, las primeras por el podcast en sí, y las segundas, por las disculpas ofrecidas, o la falta de ellas.
1 ¿Se cancelan más a las mujeres que a los hombres?
Ayer publicaron en Elle un artículo que defendía la tesis de que la cultura de la cancelación se ceba más con las mujeres. Puede que esto sea cierto pero creo que el artículo no defiende bien esta tesis. ¿Por qué? Pues porque está comparando este caso con uno anterior de La Resistencia, que dicen que pasó por una situación similar. Y las diferencias son inmensas.
Pongamos el comunicado de Estirando el chicle:
Nuestro compromiso con el colectivo LGTBIQ+ es especialmente importante, y es algo con lo que hemos sido muy claras a lo largo de estos dos años y medio de programa. (…) Nunca en un programa de Estirando el chicle ha tenido cabida ningún discurso de odio que atente contra los derechos humanos de ningún colectivo, ni lo tendrá jamás. Esto por supuesto, incluye a las personas trans, a las que apoyamos y defendemos, tanto en el programa como en nuestro día a día. Continuaremos haciendo comedia y trabajando para que nuestro espacio siga siendo diverso y seguro.
Y ahora veamos las explicaciones de David Broncano al decidir continuar con la entrevista a Marc Seguí a pesar de las acusaciones de machista y homófobo:
"Nosotros no hacemos un interrogatorio a todo el mundo que viene sobre cuáles son sus opiniones ideológicas. Han venido 700 invitados a 'La resistencia' e igual hay alguno que piensa cosas machistas y homófobas, yo no puedo hacer un test de ese tipo a cada uno. Dicho todo esto, vamos a continuar con el programa con normalidad tras estas explicaciones que creíamos oportunas"
¿Veis la diferencia? Estirando el Chicle se declara del mismo grupo que las acusaciones, en cambio Broncano explica el contexto de su elección de invitados y cómo no está en su mano vetarlos a la perfección. Ellas insisten en reafirmar que su especio es un espacio seguro, haciendo que sea su responsabilidad mantenerlo así, mientras que él se descarga de esa misma responsabilidad, ya que son los actos de sus invitados, y decide continuar con normalidad.
Insisto, puede que sea cierto que a las mujeres se les perdona menos las meteduras de pata, pero la comparación entre estas dos situaciones aisladas no permite afirmarlo.
Especialmente porque las disculpas de Estirando el chicle incluyen esa articulación típica de “No me pegues, soy uno de los vuestros”, que no sirve de nada e incluso es contraproducente.
No sirve de nada porque ser de los tuyos no solo no reduce las posibilidades de ser atacado, sino que por las dinámicas de grupo, se ataca con más violencia al disidente interno que al opuesto. El activismo de la indignación es un monstruo que se come a sí mismo, porque para existir necesita cada día encontrar un agravio. Y ningún agravio da más estatus de grupo que encontrar el fallo entre los tuyos. Todo el mundo es capaz de ver el fallo en el contrario, esto no tiene mérito.
Mi hipótesis es que en este caso es más un tema de atacar al que consideras parte de tu movimiento, que te decepciona con mucha más intensidad por ser de los tuyos, y sobre todo, un ejemplo clásico de qué pasa cuando en vez de dar explicaciones y seguir, das disculpas.
2 ¿Sirve de algo pedir disculpas?
Pues como todo, depende. Depende del emisor, de la credibilidad de las disculpas, del contexto, de la relación entre ofendido y ofensor... Las disculpas pueden servir para asegurar que la persona culpable de la transgresión no vuelve a cometerla, y en relaciones interpersonales las disculpas mejoran la empatía, pero ¿qué pasa cuando quien pide disculpas es una persona pública? Pues hay algunas evidencias de que con suerte es inútil y en algunos casos puede ser contraproducente, ya que parece que aumenta el deseo del castigo.
Por ejemplo, en este artículo encontraron que cuando una figura pública pedían disculpas, o bien esto no suponía una diferencia, o incrementaba el deseo de que el individuo fuera castigado. En casos de mala praxis médica en EEUU se han desarrollado leyes que facilitan las disculpas entre médicos y pacientes, con la hipótesis de que una disculpa hará que los pacientes tengan menos ganas de denunciar al facultativo. No es el caso. En este estudio encontraron que esas leyes iban asociadas a un aumento en la probabilidad de enfrentarse a una demanda, y el pago medio realizado para resolver una reclamación era más alto.
En este otro estudio hicieron más experimentos al respecto, y encontraron que las disculpas después de las ofensas con intención ambigua disminuyen el castigo, mientras que las disculpas después de ofensas claramente intencionales aumentan el castigo.
Con las disculpas públicas nos encontramos con una paradoja, por una parte cada vez se demandan más a figuras públicas, pero cuando se emiten son criticadas. Las disculpas además mantienen el tema en la opinión pública, refuerzan el recuerdo del evento transgresor, y al ser imposible que sean perfectas, pueden seguir dando argumentos para los sectores más críticos. En este estudio (ojo, es un preprint) sobre el efecto de las disculpas argumentan así sus resultados, que indican un efecto negativo de pedir perdón:
Una de las razones es bayesiana; una disculpa produce una actualización que puede ser desfavorable para el que se disculpa (por ejemplo, resolviendo las dudas sobre si el que se disculpa realmente dijo o hizo la cosa censurable, y sobre si lo que hizo el que se disculpa fue realmente censurable). Otra razón es de tipo conductual: una disculpa atrae la atención del público, hace que la falta cometida por la figura pública sea más destacada y puede ayudar a definirla. Pero aún quedan muchas preguntas abiertas sobre las razones por las que las disculpas de los personajes públicos fracasan y sobre las circunstancias en las que pueden resultar eficaces.
En este estudio había un porcentaje de personas que estaban dispuestas a aceptar disculpas de Trump, un 51% de los entrevistados dijo que no las disculpas no harían más probable apoyarlo, un 30% dijo que las disculpas harían menos probable que obtuviera su apoyo, y un 19% dijo que lo incrementaría. El resultado neto, negativo. El porcentaje de personas que eran menos propensas a apoyarle como resultado de la disculpa, fue mayor que el porcentaje de personas que eran más propensas a hacerlo.
Finalmente, ¿qué consecuencias ha tenido?
El post en instagram de Carolina Iglesias pidiendo disculpas lleva casi 100.000 likes y solo tiene un día. El último post de instagram de la cuenta de Estirando el chicle 50K, sus disculpas están en 33K, siendo de los posts más likeados con diferencia.
El ruido, hasta donde se ve, no se ha quedado más que en eso, en ruido, y parece que minoritario. Mi teoría sin pruebas es que para muchos de los que las criticaban ninguna disculpa es suficiente y las críticas van a seguir, se disculpen como se disculpen. Para otro grupo las disculpas quizás hayan sido suficientes y para el grupo mayoritario no hayan afectado a los resultados. He hecho una encuesta en Twitter, veremos que sale:
Supongo que nunca sabremos exactamente qué habría pasado en caso de no presentar estas disculpas. Es posible incluso que el ataque después de las declaraciones de apoyo al colectivo LGBTQI+ haya aumentado la empatía por ellas.
Y también puede ser que haya sucedido lo que decía Oscar Wilde, que hablen de ti, aunque sea mal.
Para saber más:
El imprescindible artículo de Sarah Haider sobre el “No me pegues que soy de los tuyos” y por qué no sirve de nada decir esto.
Gracias, Gemma :)
Añadiría que tener que pedir disculpas o que la gente lo espere, supone tener su atención. Y con eso puedes hacer muchas cosas si sabes como.