TLDR: Al doctor Saul Justin Newman le han dado el premio Ig Nobel en Demografía por su investigación sobre las famosas Zonas Azules, "por su trabajo detectivesco para descubrir que muchas de las personas famosas por tener las vidas más largas vivían en lugares con un pésimo registro de nacimientos y defunciones".
Parece que la mítica longevidad de los habitantes de las "Zonas Azules" está más relacionada con datos censales erróneos y fraude a las pensiones que con supuestos beneficios de la vida pausada o la dieta mediterránea.
Las Zonas Azules
Seguro que hoy entras a cualquier librería y encuentras al menos cinco libros que detallan los secretos de la dieta y los hábitos de los habitantes de las famosas “Zonas Azules” para que tú también llegues a vivir 100 años en plena salud.
El concepto de las Zonas Azules surgió de un artículo de un grupo de demógrafos que estudiaron la isla de Cerdeña y descubrieron que sus habitantes tenían una esperanza de vida extraordinaria y más prevalencia de hombres centenarios que de mujeres, cuando normalmente son las mujeres las que viven más. A esta zona la bautizaron como “Zona Azul” e indicaron que había que estudiarla para entender los mecanismos, genéticos o de estilos de vida, que explicasen esta longevidad.
Un explorador del National Geographic, Dan Buettner, ha popularizado esta idea de las Zonas Azules. Buettner cuenta que ha viajado por el mundo con su equipo, en búsqueda de estas zonas de salud excepcional, para aprender de lo que hacen bien y enseñar al mundo cómo vivir más y mejor. Supuestamente este equipo de investigación ha identificado cinco Zonas Azules: Okinawa (Japón), Cerdeña (Italia), Nicoya (Costa Rica), Ikaria (Grecia) y Loma Linda (California).
Además de escribir libros que se han convertido en best-sellers, Buettner ha creado una empresa millonaria que asesora y promueve la creación de nuevas Zonas Azules por todo el mundo, un documental en Netflix e incontables apariciones en prensa y divulgación de salud.
Sin embargo, la evidencia en favor de estas Zonas Azules es escasa, nadie define exactamente qué hay que tener para ser considerado Zona Azul, y hay muchas críticas a su metodología. Principalmente que la elección de estas zonas parece arbitraria.
Tantas críticas hay que, este año, una de esas críticas ha recibido el premio Ig Nobel.
Los premios Ig Nobel y las Zonas Azules
Los premios Ig Nobel se dan a investigaciones científicas triviales, graciosas, o especialmente sorprendentes, pero rigurosas, con la idea de hacer reír y a la vez hacer pensar. Por ejemplo, nuestro amado BF Skinner ha sido galardonado con el premio Ig Nobel de la paz por sus experimentos de 1960 en “viabilidad de alojar palomas vivas dentro de misiles para guiar las trayectorias de vuelo de los misiles.”
Este año, el premio en Demografía ha sido concedido al doctor Newman "por su trabajo detectivesco para descubrir que muchas de las personas famosas por tener las vidas más largas vivían en lugares con un pésimo registro de nacimientos y defunciones".
En esta investigación Newman analizaba los datos de poblaciones supercentenarias y cómo se concentraban en las famosas “Zonas Azules” para encontrar variables que explicaran este fenómeno.
Las variables para estudiar la abundancia de personas centenarias en esas Zonas Azules suelen girar entorno a los hábitos de vida de sus habitantes (movimiento, conexión social, alimentación…) o marcadores genéticos. Sin embargo Newman analizó los datos y encontró unos “predictores inesperados” de la esperanza de vida: la pobreza y la falta de partidas de nacimiento.
La pobreza
Por ejemplo, Okinawa suele ser la primera zona que se menciona en todos estos artículos, donde supuestamente tienen una dieta muy saludable. Pero resulta que en las encuestas nacionales de alimentación los habitantes de esta isla son los que menos comen boniato, pescado, fruta o verdura de las 47 prefecturas japonesas. Además tienen peores resultados en salud que la media de Japón, y son los que tienen el IMC más alto y el doble de pobreza.
Por alguna razón, las “Zonas Azules” desafían a todo el cuerpo de evidencia de datos de registros fiables que tenemos de la asociación de la pobreza con la menor esperanza de vida. Por poner un ejemplo cercano, la diferencia de esperanza de vida entre el barrio más rico y el barrio más pobre de Barcelona es de ocho años.
La hipótesis es que en las zonas más pobres también es donde hay más incentivos para mentir sobre la defunción de sus mayores. En Italia se descubrió en 1997 que unos 30.000 beneficiarios de pensiones «vivos» que seguían cobrando en realidad estaban muertos. En Grecia, en 2012, se suspendió el pago de prestaciones sociales o pensiones a 200.000 personas, bien porque no tenían derecho a percibirlas, bien porque habían fallecido.
Sociedades sin registros de nacimiento
Además de la pobreza, otra de las sorprendentes variables que predecían la presencia de centenarios era… ¡no tener certificados de nacimiento!.
Newman explica su investigación de la siguiente manera en su entrevista en The Conversation:
He localizado al 80% de las personas de más de 110 años del mundo (el 20% restante son de países que no se pueden analizar de forma significativa). De ellos, casi ninguno tiene partida de nacimiento.
Newman encontró que los centenarios en Okinawa son más comunes en aquellos pueblos donde los registros fueron bombardeados por EEUU.
Además, en 2010 Japón reconoció que no encontraban al 82% de los centenarios en todo el país. Personas que supuestamente estaban vivas, pero que no aparecían por ninguna parte. Un misterio.
Otra de las Zonas Azules, Ikaria, está en Grecia, y adivinad qué: según los datos del estudio de Newman “al menos el 72% de los centenarios en Grecia estaban muertos, desaparecidos o eran esencialmente casos de fraude de pensiones”.
De la investigación de Newman: “Los supercentenarios franceses están sobrerrepresentados en los departamentos de ultramar, las antiguas posesiones coloniales y Córcega: regiones que históricamente constituyen algunas de las regiones administrativas más olvidadas, menos documentadas y más efímeras de Francia.”
Una tras otra, las zonas con más centenarios coincidían en que las variables predictoras no eran la comida sana, el movimiento o alguna variante genética concreta, sino la pobreza y los incentivos para seguir cobrando pensiones, y la falta de registros de nacimiento y mortalidad.
Investigación sin publicar
Cuando el doctor Newman envió su artículo para ser publicado en una revista recibió muchos correos de odio ¡de los propios compañeros que tenían que revisar su artículo! El autor contaba en Twitter en mayo de 2020, que después de seis meses de acoso, estos revisores (sus acosadores) admitieron (por error) que nunca habían abierto el código de R de su artículo y ni habían leído la sección de métodos.
Estos acosadores llegaron incluso a escribir a su jefe para que fuera despedido, y el Washington Post llegó a publicar que su investigación era parte de una conspiración de espías rusos.
A día de hoy, Newman aún no ha conseguido publicar su artículo en ninguna revista científica. Dice que ningún editor ha sido lo suficiente valiente como para publicar su artículo. Si tenemos acceso a su investigación es porque está disponible en formato preprint en la página bioRxiv*.
En la entrevista en The Conversation a raíz del premio concedido, preguntaron a Newman si creía que el Ig Nobel haría que su investigación se tomase más en serio:
"Espero que sí. Pero incluso si no, al menos el público en general se reirá y pensará en ello, aunque la comunidad científica siga siendo un poco quisquillosa y defensiva. Si no reconocen sus errores durante mi vida, supongo que conseguiré a alguien que finja que sigo vivo hasta que eso cambie."
*bioRxiv es una página gratuita donde los investigadores pueden compartir artículos científicos que aún no han sido publicados en revistas científicas. Estos documentos se llaman preprint, y, aunque no están revisados de la misma manera que las revistas científicas, sí pasan por una supervisión básica para filtrar contenido no científico o material que pueda suponer un peligro.
Para saber más
Marcos Vázquez de Fitness Revolucionario entra aquí más en detalle respecto a los problemas del mito de las zonas azules respecto a la dieta y los hábitos de vida:
Gemma, eres la primera persona en la que pensé al leer la entrevista en The Conversation 😂, sabía que te gustaría.
Un ejemplo de investigación y desmontaje de presunciones erróneas como para dar una clase de métodos científicos 👌
Gracias por compartir Gemma! Muy interesante!!